El día miércoles pasado, el diputado provincial Cristian Ritondo junto a otras figuras de su armado político visitó el Partido de La Costa especialmente para darle su apoyo al concejal Sergio Santana del PRO en la inauguración de su local partidario de San Bernardo.
Esta visita parece no haber caído muy bien en algunos de concejales opositores, y se manifestaron públicamente en redes sociales. Tal es el caso del también concejal PRO Iganacio Nacho Reimondez; quien expresó estar molesto en el siguiente posteo: »
EL VOTO PUPULAR NUEVAMENTE BASTARDEADO.
Lamento profundamente que dirigentes de nivel Nacional, bajen al Partido de La Costa, a dar su apoyo a Personajes de la política local, los cuales con su “TRANSFUGUISMO POLITICO” (AL MEJOR ESTILO BOROCOTO), a pesar de ganar AMPLIAMENTE LA ELECCIÓN PASADA, le dieron CON SU VOTO la presidencia del H.C.D al OFICIALISMO LOCAL, y de la misma manera ACOMPAÑARON el EXORBITANTE AUMENTO de las tasas municipales, que perjudican enormemente a quienes debemos defender desde nuestra banca.
El Partido de La Costa se debe resguardar de las injusticias opositoras, como TAMBIÉN de las propias, respetando LA JUSTICIA Y LA VERDAD; tal fuera el juramento que realicé cuando asumí mi cargo de concejal.
Es hora que “JUNTOS” ponga cartas en el asunto, LOS TRAIDORES NO PUEDEN SER PARTE DEL CAMBIO.
También Evangelina Cordone, se sumó a lo expresado por Reimondez escribiendo un comentario al respecto: «Comparto Nacho. La gente no debe poner un solo voto en quienes los han entregado, como estos impresentables».
Lo cierto es que mientras la oposición local se pelea por mezquinos espacios de poder, le siguen haciendo el juego al oficialismo que seguramente estará celebrando cada uno de estos «chispazos»; para el cual aplica perfectamente esa frase célebre de Napoleón Bonaparte que alguna vez dijo:
“Cuando tu enemigo esté ejecutando un movimiento en falso, nunca lo interrumpas”.
Y ni más ni menos es así lo que esta pasando en el juego político del gato y el ratón. Quedó demostrado que la oposición no supo administrar ese gran volumen político que le dieron los votos de las elecciones de medio término. Ya sea por discrepancias internas, por avaricias personales y en gran medida también por la propia inutilidad de sus componentes; no pudieron canalizar la mayoría que los votos le habían conseguido, y la prueba esta que hoy por hoy, no tienen mayoría en el HCD, ni pudieron obtener espacios de poder ya sea en la presidencia, ni tampoco otra autoridad.
Dos años después, nos damos cuenta que están estancados en los mismos predicamentos. Parecen que «hacen política» con la parsimonia de los años 60, y no se dan cuenta que el dinamismo que hoy demanda la coyuntura establecida es otro.
Es claro que no hay una conducción homogénea, en cada piedra que levantas aparece un proyecto e candidato, y más allá de los que hoy se sientan en una banca del HCD, o recorren las redes sociales «haciendo campaña»; falta una figura que aparezca para aglutinar todos estos desencuentros.
Mientras sigan mirando por encima del hombro, enroscados en el pasado y conformándose con lo poco que han demostrado como espacio político; el oficialismo estará así de cómodo, manejando la situación y preparándose para seguir gobernando cuatro años más.
Pablo Castiglioni