Cristina cierra con intendentes del conurbano y va por los planes sociales

El kirchnerismo quiere discutir todo el sistema y quitarle poder al Movimiento Evita y al Polo Obrero. La pulseada territorial para 2023

La guerra está declarada: Cristina Kirchner eligió su nuevo objetivo y acordó con los intendentes del PJ del conurbano -sus socios en el poder- avanzar contra las organizaciones que manejan los planes sociales, tanto oficialistas como opositoras, para quitarles influencia en el territorio.

La discusión esconde una pulseada por el manejo de la provincia de Buenos Aires, el distrito en el que el kirchnerismo quiere refugiarse en caso de que la elección de 2023 implique una derrota para el Frente de Todos. Y Cristina y La Cámpora no están dispuestos a cederle terreno a los piqueteros, que se hicieron fuertes a costa de la asistencia en la emergencia.

El embate contra las organizaciones se traduce en la quita del manejo de los programas de trabajo para que pasen a estar bajo la órbita de los municipios. En Avellaneda, la vicepresidenta pidió que el cobro de los planes deje de tercerizarse, y en la provincia respondieron a toda velocidad.

Rápido para los mandados, y haciendo gala de su alianza con Máximo Kirchner, el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, salió a avisar que es “unánime” entre los intendentes el acuerdo por el traspaso de los planes a los gobiernos locales.

«Los programas sociales deben tener una contraprestación controlada por el Estado y el primer mostrador del Estado son los municipios. Esa es la esencia del planteo de Cristina”, dijo Insaurralde, que es alcalde de Lomas de Zamora en uso de licencia. «Las políticas sociales no pueden ser discrecionales”, advirtió. Teléfono para los piqueteros.